Hola a
todos !
¡Pero que bien
lo hemos pasado en La Alberca! ¡qué risas, qué buen rollo, tan
sencillo, tan ricamente! Y….más de uno se preguntará: ¿cuál es
la receta?. En mi opinión, la respuesta es “No soy cocinero”.
Se trata de ver
a los colegas, va quien quiera y quien pueda, se hacen rutas sin
cronómetros, sin aspavientos y la peña se apoya unos a otros. Se
come a escote, menús “desde 15 pavos...”, aderezados por la
maravillosa región de la Sierra de Francia, esa zona de
Salamanca casi virgen, espectacular. La olla está ya servida,
incluso todos llegan al restaurante sin mirar el mapa, eso nunca
falla.
Este año nos
hemos juntado un “puñao” de 4 y 2 tiempos, desde castellanos,
navarros, portugueses, inglesas, cántabros, zamoranos,
vallisoletanos, asturianos... hasta madrileños, más algún que
otro locatis de ascendencia guiri
(especie que suele polular en los cruces, en plan estaca, para
que no se despiste nadie). Pasión y muchas ganas de pasar un
buen rato. Afirmo, es La Alberca.
Durante una
decena de años, nos juntábamos colegas a lomos de nuestras
brillantes e impolutas 90S, en San Lorenzo de El Escorial. Los
condimentos eran similares ¡eso creía yo, pardiez!. Un día, ya
cansado, traspasé el testigo a otros.
Hoy, los de las
90S, tienen un corsé protagonista ilegítimo. Para mi, son
tiempos in memoriam.
¿Irse a Los
Dolomitas? ¿A la Selva Negra? ¿A las Montañas Rocosas?. ¡¡Que no
hombre, que no!!, aquí, en España, en el Oeste de la piel de
toro, lindando con Lusitania, lo tenemos todo, en La Alberca con
su Sierra de Francia,
con su hotel Doña Teresa y su atento servicio, sus sabrosos
restaurantes La Catedral + Racha-Endrinal, sus rutas de asfalto
impecable, sus montañas y “paellas” con poco o nulo tráfico, con
sus castellanos, serios y austeros, buena gente que no quiere
subirse al “cajón”.
La bajada desde
Sequeros es casi como rodar el tramo de Pflanzgarten del viejo
Nürburgring-Nordschleife pero hablando en cristiano. Desde
Cristóbal, la vista de la sierra de Bejar tira de espaldas, son
su cuco mirador del Madroñal.
y, ¿qué decir
de las Batuecas?. Mientras tu motor ronronea, en la lontananza
tienes las montañas de Extremadura, para, acto seguido, saludar
al rio Alagón y arribar a San Martín del Castañar, Miranda del
Castañar, Sotoserrano, Cepeda, etc...
Nos contemplan
millones de castaños y cerezos, con curvitas a mogollón, un
espectáculo digno de recorrer y disfrutar. En definitiva, te
hace vivir momentos de felicidad.
El "Señor de La
Alberca" lo lleva en la sangre, lo vive, se alegra viendo a los
demás pasar un rato agradable, siempre entre amigos, de charleta,
el caso es dar gas con los colegas, disfrutar de ellos y de los
paisajes de la sierra. Lo digo con conocimiento de causa, no en
vano me considero hijo adoptivo de Salamanca y, por más que
repita una y otra vez sus carreteras, siempre me parecen
diferentes, disfruto como si fuese un premiado de la lotería, un
lujo.
Un abrazo
especial a Javi y Luigi Castilla, de “Moteros de Salamanca”, que
siempre están ahí, a Antonio “Francia”, de Motos DAKAR,
pendiente de los demás, al Regidor de La Alberca, que permite
mostrar nuestras monturas en la plaza mayor, a Fernando (Tito),
ese empresario de La Alberca que tiene mas visión que unos
prismáticos Zeiss, al dios Eolo, que siempre respeta la ruta sin
olvidar a los amigos, que vienen de lejos y a nuestras abnegadas
damiselas, que aguantan el tipo detrás e, inexplicablemente, nos
conducen siempre por el sitio adecuado.
Para muestra,
un botón, una imagen vale más que mil palabras.
Pinchar en
https://vimeo.com/98906493
Gracias
Alfonso, no cambies nunca.
¡Larga vida al
Señor de La Alberca!.
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