¡¡¡ POR UN PAR DE HUEVOS  !!!

 

Un año más, el 2014 de la era cristiana, que despedimos en este su último sábado con un par de huevos en las Quilamas de San Miguel de Valero, como viene siendo tradición entre los moteros de Salamanca y que apostamos a futuro para que siga viva entre esta animada afición motera salmantina, y … hasta que el cuerpo aguante.

A las 10:00 en el Western del parque Picasso, el comité de recepción con una pléyade de moteros de referencia iba recibiendo a los motoristas de verdad, que a pesar del frio desafían la despedida del año y apuestan por un buen día de moto entre colegas. En el ambiente del café y churros se palpan las ganas de rodar con animada conversación sobre motos, cilindros y caballos; saludos a los que sólo vemos en estas ocasiones, moteros curtidos en mil correrías y nueva generación que empieza a bregar por estos lares. Es de reseñar  la única motera, Elena que, como la de Troya, con arrestos suficientes no se ha amilanado y acompaña a su piloto Santos en esta salida.

Sobre las 10:40 salimos del parque Picasso para tomar la carretera de Aldeatejada con una ligera niebla que se vuelve más intensa de Vecinos a Linares. El frío se hace más penetrante cuando nos envuelve la niebla y se deja sentir cuando se cuela por esa jodida costura que no acaba de sellar, por ese velcro mal colocado, por ese hueco de la manga que no tapa el guante, por ese calentador de puños que no aciertas a subir, por ese otro par de calcetines que se quedó en casa, por esa visera que no cierra bien,… La situación impone cordura y moderación, y así fue hasta llegar a San Miguel, a la vez que el sol empieza a asomar para dejarnos ver la ya nevada sierra de Béjar.

Aparcadas las motos y sin más preámbulos, como si hubiéramos hecho un montón de kilómetros, nos lanzamos a por los huevos. Sentados cómodamente en el restaurante Las Quilamas, con las manos desmenuzando el rescaño de pan nos arrojamos sobre la yema del primer huevo, luego del segundo y alguno se atrevió con un tercero retando al colesterol más envidioso. El farinato, morcilla y chorizo también hicieron las delicias del paladar, y como no puede ser de otra forma, un poco (poco) de vino tinto imprescindible en este menú.

Un brindis por el fin de año, por el que entra, por la afición motera de Salamanca, por mantener viva la ilusión de la moto, y por tantas cosas que se quedan en el pensamiento de los allí presentes.

Acabado el almuerzo sobre las 12:30, es hora de volver a casa, te lo piensas, me toca el mocho y el plumero, ¡uff¡, casi que aprovechamos el momento para hacer unos kilómetros más por la sierra que ahora está soleada. Venga, vamos allá. Malo será que cuando lleguemos a casa no encontremos alguna disculpa. Pues dicho y hecho:  un ratito más en la moto por los puentes del Alagón, por Garcibuey y Sequeros, Tamames y Salamanca para llegar a las 14:15 a casa y casi con la mesa puesta, porque más vale comer dos veces que dar explicaciones.

Y esta crónica sobre el último sábado del año 2014, es un grano más que hace el granero de “Moteros de Salamanca”, a cuya gente animamos para que permanezcan con esa ilusión, con esa disposición tan difícil de mantener, con esa habilidad de congregar a tantos amigos, con ese potencial de emocionar a la afición, con esas cualidades de buena gente que les caracterizan y que para los demás moteros suponen una auténtica referencia en nuestro entorno motero. ¡joer¡, que no se mueran nunca.

Ha sido un placer rodar con estos moteros de Salamanca que “por un par de huevos con chorizo” hemos sido capaces de afrontar un frío sábado, el último del 2014.

Luis

Reportaje gráfico en http://www.moterosdesalamanca.com/fotos/2014/37motoalmuerzo_f.htm