Tras todo el lío montado este mundial 2015 ha llegado a
su fin. Aprovecho a dar la enhorabuena a los tres
ganadores de la Porra de Moteros de Salamanca. Muy bien
las dos mujeres. Esto demuestra que siempre son más
listas que los hombres.
Dicho ello,
hay muchas conclusiones que sacar de todo lo ocurrido y
quizá la primera de ellas es que si el Chiringuito de
Jugones le ha dado tantos minutos es que algo hemos
hecho muy mal entre todos. Las motos, en un programa que
es como el Sálvame del deporte, creo que nos ubica en
las consecuencias.
Si hay alguien
que se frota las manos con todo esto son, desde luego,
los patrocinadores y las televisiones. Nunca antes se
habían visto niveles de audiencia como los que se han
visto. Hasta mi vecino jubilado, que el hombre las
únicas motos que ha visto son las mías cuando entran y
salen del garaje, me preguntó si estaba preparado para
la “gran carrera”.
De todas
formas, lo que a mí me deja verdaderamente perplejo es
que verdaderos aficionados en teoría, que son los que
van al circuito se pongan a silbar y a abuchear a
pilotos, pero no ya por el hecho de ser españoles, sino
que son pilotos que van al límite jugándose el todo por
el todo, como si esos que abuchean y silban no supiesen
lo que es ir en una moto y el riesgo intrínseco que
entraña. Pero cuando ya veo a españoles abucheando a
españoles es que ya aluflipo en colorines. Que un
aficionado crea a pies juntillas las palabras de un solo
piloto y vea una confabulación de otros dos es ya de
mucha risa.
Que un
italiano sea un tifossi de Rossi, que pasea el nombre de
Italia allá por donde va, puede ser pasable. Que un
italiano no sea capaz de ver que otros italianos le han
restado puntos con los que podría haber ganado a pesar
de hipotéticas confabulaciones, puede responder a no
querer mirar nada más que aquello que quiero ver. Pero
que españoles crean todo eso, no sean capaces de
analizar todo el mundial y que además abucheen a sus
compatriotas creyendo más a otro que a ellos, es no sólo
irrisorio, sino irritante.
Para los que
tienen memoria flaca, quiero recordar las palabras de
Lorenzo tras la carrera de Mugello, que por si alguno no
llegó a clase de Geografía el día que lo daban, está en
Italia. Dijo; “He tenido suerte de que Andrea haya
pasado a Rossi, si no sólo habría recortado 4 puntos”.
En Austin, Dovizioso impidió que Rossi acabase segundo
tras una lucha muy cerrada. En definitiva, el que no
quiera saber que no sepa.
Honda y
Yamaha. Yamaha y Honda. Eternos rivales con enormes
intereses comerciales. Los equipos número 1, en los que
todos los pilotos quisieran estar. ¿En serio un piloto
se juega eso por ayudar a otro del equipo contrario? Eso
sólo se lo puede creer alguien que se niegue a pensar.
Márquez y Lorenzo. Lorenzo y Márquez. Rivales hasta en
las chapas. Egos de proporciones épicas que lo que
quieren es records, mundiales, números. ¿En serio
alguien puede creer que exista una alianza entre ellos?
¿De verdad alguien puede pensar que pueden decidir una
cosa de ese calibre al margen de sus marcas y
patrocinadores?
En el fondo,
la historia, tozuda y tenaz como ella sola, se repite.
Atentos a este fragmento que reproduzco de un escrito
colgado en Octubre de 2007… casi nada:
“25 Octubre 2.007
Hoy toca Mundial. La verdad es que
hablar de estos temas siempre es delicado. Es un poco
como hablar de fútbol o hablar de toros o incluso de
religión. La gente toma su posición sobre un piloto o
una marca y ya no hay manera de sacarlos de ahí.
Lo cierto es que ponerse de un lado o de
otro siempre fomenta la afición. Nadie podría imaginarse
que, en el caso de Alonso, se llegasen a paralizar
incluso, partidos de fútbol que es el deporte rey, por
ver la salida de una carrera de coches, hasta el punto
de que en las pantallas gigantes de los campos de fútbol
se retransmitía el evento.
Ahora bien, esto también demuestra cómo
somos los españoles. Por un lado, necesitamos que un
español esté en lo más alto para aficionarnos o estar
atentos a un deporte. Por otro lado, cuando un español
está en lo más alto somos sus peores enemigos. En el
caso de Alonso, no es que de pronto nos caiga bien, o
reconozcamos sus virtudes como piloto, o simplemente
pensemos que es el mejor. No. Eso no es importante. Lo
importante es que un inglés esté tocando las narices a
un español, y que además lo esté haciendo con malas
artes, y qué, para rizar el rizo, un equipo inglés,
lleno de ingleses, en un mundial organizado y gestionado
por ingleses, se dedique a torpedear a un español. Eso
es lo que nos enerva. Que gane Alonso o no, eso no es lo
importante. En el fondo, no hemos superado la batalla de
Trafalgar o el desastre de la Armada Invencible. O es
que Gibraltar pesa mucho.
Cuando un español
despunta nos vamos a por él. Crivillé nunca enganchó a
la afición, ni siquiera cuando ganaba por unas décimas a
Doohan. Siempre los comentarios eran en el sentido de
que no era Crivillé el que ganaba, sino que era Doohan
el que perdía. Lo mismo valía para Sete. Se fue sin pena
ni gloria y casi por la puerta de atrás. Pedrosa, era
nuestro nuevo héroe hasta que no ha ganado este año.
Como no gana, ya no interesa. Veremos que ocurre con
Lorenzo. A mi, particularmente, me cae como una patada
en los “copi de meni”, sin embargo, reconozco que aporta
frescura, desenfado y espectáculo. Además estará en el
mismo equipo que Rossi. A lo mejor estamos ante una
situación como la de Alonso. Es posible. Y eso animará
mucho el cotarro.”
En fin, no
aprendemos nada. Sigamos silbando y abucheando sin más a
los nuestros. Hasta Ianonne ha pedido disculpas
públicamente. Pero no, nosotros seguiremos silbando y
abucheando.
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