Hoy he estado viendo el reportaje
de Joan Garriga y Sito Pons que emitió el otro día Telecinco y
ciertamente me ha impactado.
Me ha impactado porque
refleja lo perra que puede ser la vida, lo importante que es
tener suerte en ella aunque a veces esa suerte también hay que
buscarla. Recuerdo perfectamente los duelos de ambos y yo
siempre me declaré “Garriguista”, quizá por el mismo motivo que
era “Simoncellista” o “Schwantzanista”. Siempre he defendido ese
tipo de pilotos que parece que no se juegan nada en cada curva o
en cada vuelta. Pilotos viscerales, que piensan poco sobre la
moto y que lo único que tienen en mente es quedar delante.
Pilotos que son capaces de sobreponerse a las carencias de sus
motos con pilotajes estratosféricos, que parece que se van al
suelo y no sabes cómo lo ves saliendo de la curva.
La vida trata mal a
mucha gente y en los tiempos que corren, personas que han sido
desahuciadas, con hijos a su cargo, en paro son dramas que todos
tenemos cerca en mayor o menor medida. Esta gran mentira que
todos vivimos ha creado verdaderos dramas de muy difícil
solución, y esa gente no tiene un programa de Televisión donde
contar su trágica historia y que alguien pueda ayudarles. Desde
ese punto de vista, Joan Garriga podría ser incluso un
privilegiado.
Sin embargo, nadie de
nosotros podemos ni siquiera acercarnos a soñar lo que puede ser
tener el mundo en tus manos, que 100.000 personas griten tu
nombre, que tu imagen sea publicada cientos de veces, que todo
el mundo te dé palmaditas en la espalda, que te surjan amigos de
debajo de las piedras y un día, de repente, que te encuentres
sin nada.
La vida queramos o no,
está basada en todo aquello que hemos vivido. Todos tenemos
recuerdos que nos permiten rememorar ciertos momentos, buenos o
malos, fotografías que son capaces de sacarte un suspiro o una
lágrima. Joan Garriga perdió todo eso. Seguro que no es una
Hermanita de la Caridad y errores los tiene por estanterías,
pero sus recuerdos son aquellos que la gente le da porque él los
perdió. Sus motos, sus trofeos, sus monos, sus fotografías.
100.000 personas gritando tu nombre y no tengo nada de ello.
Me ha impactado oírle
hablar de ello en una casa que no es suya. Cuando hablaba se
veía perfectamente el vapor saliendo de su boca; no hay
calefacción. No hay calor. No hay alegría ninguna. Un tipo que
lo fue todo.
Me ha impactado la
actitud de Sito Pons. Una persona que siempre se mostró fría,
implacable. No es amigo. Lo ha dejado claro. La relación ha sido
inexistente como lo fue cuando corrían. No se han hablado, no
han compartido, sin embargo ahora está ahí, echando una mano y
peleando en los tribunales por algo que a todas luces parece una
gran injusticia.
Amigos tenemos todos,
muchos de ellos sólo sirven para tomar un par de cañas; otros
cuanto más lejos tengan su “amistad” mejor me ira. Sólo aquellos
que están en los momentos realmente duros son los que merecen la
pena.
Desde luego, Sito Pons
tiene todos mis respetos y mi admiración. Si Garriga me gustaba
más como piloto, Sito Pons se ha ganada un lugar en mi corazón.
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