¡¡¡ 30 años de la revista "LA MOTO" !!!

 

            Hace ya muchos años que compré mi primera revista “La Moto”. Recuerdo perfectamente la portada, que era una Harley Davidson. Era el número 8 y aún lo conservo como también conservo todas las que compré después y las tengo en una estantería, clasificadas por años y de tanto en tanto, cojo un año y lo repaso. Quizás por eso soy capaz de acordarme de todos los modelos, nombres, características (más o menos), porque en realidad cada vez que cojo una no es que la repase, es que la empollo.

            Ya hace tiempo que digo que las revistas en España son muy “Light”. No me gusta como hacen las comparativas que son, para mí, la salsa de las revistas. Esas comparativas se quedan en la descripción de cada modelo de forma muy exhaustiva pero muy difícilmente se puede establecer quien es una ganadora. No es que pueda hacer declinar las compras de mucha gente pero creo que es lógico que una comparativa un modelo sea ganador. Lo demás es simplemente de “bien queda”.

            Sin entrar en críticas a la revista, que este artículo no va de eso, La Moto es fiel reflejo de la evolución de las motos en estos últimos 30 años. Si uno va a mi  biblioteca y despliega las portadas de las revistas, el tanto por ciento más elevado de las mismas durante muchos años fueron las deportivas. Parecía que otro tipo de moto no existía. Todo parecía estar centrado en lo mismo y las comparativas entre esas deportivas se sucedían una tras otra. Las marcas evolucionaban las deportivas de forma que de un año a otro quedaban obsoletas y la bonanza económica hacía que la gente cambiase de moto continuamente. 

            Resultado de esa época es la cantidad ingente de deportivas usadas que hay en Internet. Es increíble abrir páginas como motos.net y ver lo que hay. Deportivas y más deportivas, como CBR, GSX, R6 y R1, ZXR, etc., a precios de derribo. En la horquilla de 2.000 a 4.000 €, cualquiera puede hacerse con deportivas, muchas de ellas con pocos kilómetros y bien cuidadas, que no han perdido un ápice de su efectividad. Deportivas de hace 5 o 6 años que la mayoría de los mortales no puede explorar ni el 50% de sus posibilidades. No tienen control de tracción, ni demás aditamentos electrónicos pero repito, capaces de poner en apuros a muchos moteros.

            En aquellos años, si no querías deportiva, sólo existían dos opciones más; las trail que eran muy Dakarianas, las custom con muy pocos modelos y las grandes GT de las que existían muy pocos modelos. Fuera de eso no había nada.

            Viendo el despliegue de las portadas por el suelo, se puede ver como las deportivas fueron desapareciendo de esas portadas y estas se fueron abriendo a otras opciones; empezaron a asomarse las “naked”, motos que era como volver al pasado de las CB Four, de las Kawasaki Z, motos con potencia sin carenados, con diseños cada vez más depurados donde el motor a la vista cobraba la importancia que quizá nunca debieron perder. Naked de media y alta cilindrada, que cada vez más sustituían a las antaño deportivas, con una posición de conducción más cómoda, con motores potentes pero dóciles y que castigaban las altas velocidades por la ausencia de protección.

            La evolución de las naked también ha sido la evolución de la persecución de lo moteros por la DGT. Las deportivas eran el enemigo público número 1 y junto a la crisis buscaron un nuevo nicho de mercado que eran las naked.

            En esas mismas portadas se puede ver también la paulatina aparición de las trail asfálticas, con Triumph, BMW, la Versys, V Strom, motos con un claro enfoque rutero pero al margen de las GT. Modelos de media y alta cilindrada, que cada vez se iban transformando en máquinas más grandes y mejor equipadas, a las que la electrónica se iba añadiendo para hacerlas más seguras y confortables. Algo impensable en las portadas de los primeros años con las GS primeras, las Africa Twin, las Teneré. Una evolución impensable al inicio. Trail potentes, con capacidades ruteras pero también deportivas, capaces de llevar la casa a cuestas pero también sin nada de divertirse en puertos de montaña.

            Otra evolución muy interesante es la de las marcas. En ese despliegue del suelo se puede ver como las marcas europeas han sabido resurgir, en algunos casos de sus cenizas. Mi opinión es que han sido capaces de ver la evolución del mercado mejor que las japonesas; Las portadas ahora están llenas de MV Agusta, de Aprilia, de BMW, de Ducati, de Triumph, de KTM. Hay portadas copadas por marcas europeas, con motos espectaculares, de prestaciones increíbles y de acabados impresionantes que las han convertido en referencia. Si alguien años atrás dice que los japoneses van a ir a remolque de los europeos le llamaríamos mentiroso. Tampoco nadie era capaz de prever como marcas especializadas como por ejemplo KTM podría tener hoy una gama de carretera como la que tiene, como tampoco nadie hubiese apostado por la gama tan amplia que hoy tiene BMW y que abarca todas las categorías; ni que Ducati llegase a hacer motos cómodas con embragues en aceite, ni que Triumph, resurgiese con la potencia que lo ha hecho.

            También es curioso ver la evolución de los Scooters. Vehículos que pasaron de ser simplemente prácticos a ser casi motos que permiten viajar con prestaciones de moto, con ruedas más altas, comodidad de GT, con capacidad de curvear y electrónicas evolucionadísimas.

            Otro aspecto también que llama la atención es la categoría “vintage” que en su día inició Triumph con las Boneville. Hoy en día no hay marca que no tenga en su catálogo una de estas motos y que lejos queda eso de la constante renovación que dejaba el modelo del año anterior “viejo”. Motos preciosistas, de prestaciones en algunos casos altas pero en las que la estética lo es todo. Tampoco nadie podría haber previsto esto hace años.

            En definitiva, la revista “La Moto” es un fiel reflejo de la evolución de los últimos 30 años. Ver sus portadas es ver como han cambiado las cosas, a veces a mejor y a veces a peor. También permite ver como hemos cambiado nosotros mismos y como nuestros gustos y preferencias también han evolucionado en lo personal. Tiene un lado oscuro y es que esos 30 años también han pasado para cada uno de nosotros. Tenemos 30 años más pero lo cierto es que estamos aquí para poder verlo y contarlo.