Como
continuación al artículo sobre conducción nocturna publicado y
que es realmente interesante, me gustaría aportar mi propia
experiencia.
A mi siempre me ha
gustado conducir de noche y he hecho muchísimos kilómetros, más
en coche pero bastantes en moto. Hace tiempo que no los hago en
moto pero hace unos años si, sobre todo de novio y había que
venir a fichar a Salamanca fines de semana si y otros también.
Al margen de todas las
recomendaciones del artículo, que son fundamentales, hay
cuestiones de la conducción que difieren y bastante de lo que es
la conducción con luz diurna. Dando por supuesto buen estado de
ruedas, buen estado de luces, intermitencias, luz de freno,
etc., que decía el artículo.
La primera de ellas es
el margen de seguridad que tiene que ver con la iluminación de
la moto; Las luces de la moto son buenas en general y en los
últimos años más, sin embargo hay que contar con que los
posibles obstáculos se ven peor. La diferencia es que en un
coche ante un obstáculo imprevisto la frenada es más contundente
pero además las luces son dos y con más apertura lateral que la
moto. Esto quiere decir que a la hora de esquivar el obstáculo o
el imprevisto, ves más espacio de la carretera y puedes advertir
mejor hacia donde dirigir el vehículo para evitarlo pero en la
moto no es así: No es así porque llevas una sola luz, aunque sea
potente y porque la frenada imprevista hace que la moto se hunda
de delante y el haz de luz apunta más al suelo, dejando de ver
no sólo hacia delante sino hacia los lados.
La segunda de ellas y
que también tiene que ver con las luces es la inclinación de la
moto en curvas. Al inclinar, dejas de ver parte de la carretera
porque el haz de luz se dirige al interior de la curva y de
nuevo, como en la frenada, recorta los metros de luz hacia
delante. Dejas de ver hacia delante y lo que para mi es la clave
en la curva de noche, no ves bien la salida de la curva. Como es
lógico, en autovía o autopista este fenómeno se da mucho menos
pero en carretera apoco revirada que sea si.
La tercera son las
señales. De día son muy importantes pero de noche hay que ir muy
atento a las señales y anticiparse; Por ejemplo, si la señal
dice que vienen curvas enlazadas hay que tener en cuenta que si
son seguidas, al no ver bien la salida de la primera, por el
efecto de la luz comentado, no veremos bien la entrada a la
segunda. Señales de posibles animales son importantes porque si
entran de costado, cerca de nosotros el haz no nos dejará verlos
que vienen por el lateral hasta que estén encima. Señales de
prohibido adelantar o fin de prohibición que nos dan pistas;
señales de curvas cerradas o guardarrailes que de repente no
tendrían sentido. Hay muchas cosas que nos dan pistas que a
veces durante el día pasan desapercibidas.
La cuarta es la forma de
conducir. No puede ser igual que la del día. Debemos ir mucho
más por el centro del carril y huir de cosas como cortar terreno
en curvas, evitar cerrarnos al interior de la curva, bien hacia
el otro carril o hacia el exterior. Hay que recordar que la luz
se recorta y no veremos bien lo que pueda venir. Recortar al
interior también significa que podemos encontrar húmedas las
líneas blancas que son muy resbaladizas cuando a lo mejor la
carretera, si el asfalto es bueno, estará seca. Las maniobras
bruscas, por ejemplo en adelantamientos, no son bienvenidas. A
veces tendemos a salir muy pegados acelerando fuerte e
inclinando la moto mucho para salir del adelantamiento y volver
a entrar al carril y hay que recordar que inclinando se ve
menos. A veces pasa que si el de delante va con las largas y
nada más pasarle pasa a cortas, durante un segundo nuestra vista
debe acostumbrarse, así que es mejor adelantar donde realmente
tengamos terreno para hacerlo. Si nada más adelantar viene una
curva, entre que salimos un poco inclinados, la frenada y
hundimiento del haz y el cambio de luces podemos vernos en un
pequeño apuro. En definitiva, por la noche hay que ser más fino
y darse más margen.
La quinta es que por
la noche se suele formar vaho o una película de agua en la
visera, como cuando hay niebla pero mucho más despacio y nos va
quitando visión casi sin darnos cuenta creando además juegos de
luces extraños de los vehículos que vienen de frente. Hay que ir
atentos a de vez en cuando eliminarla con el guante. Yo para la
noche siempre recomiendo guantes con lengüeta de plástico que
está pensada para eso y para la lluvia, por ejemplo la marca
RUKKA.
La sexta es que por la
noche hay que estar pendiente de la temperatura que puede
jugarnos una mala pasada aunque sea verano. Por la noche baja la
temperatura de forma bastante drástica y nos puede pillar, por
ejemplo, con ropa ventilada. Esto es un problema que afecta no
sólo al confort sino también a la seguridad porque iremos muy a
disgusto y más pendientes del frío que de la conducción. En
invierno, no es nada recomendable circular por la noche por la
formación de heladas que si en un coche no se ven en una moto
mucho menos y si pisamos una placa con la rueda delantera a poco
que estemos en inclinación, la caída será segura.
En definitiva, no
pretendo hacer una Master sobre conducción nocturna, pero si al
menos reflejar mi experiencia de muchos años y sobre todo que
siempre me ha gustado la noche para conducir….y para otras
cosas…. |