¡¡¡ CLÁSICAS DE LA ALBERCA !!!

 

        

El Jueves pasado Javi me llamó y me dijo;

– Me ha llamado Alfonso, que este fin de semana se reúnen unos cuantos locos de las Clásicas en La Alberca, que cuenta con nosotros –

- Ah vale – respondí yo - ¿Y como va esto? –

- Pues nada, unos cuantos locos con sus locos cacharros que se reúnen todos los años en La Alberca. Hay una ruta el sábado, comida en el Racha de Endrinal y a dormir a La Alberca –

- ¡Joder! – exclamé - ¿Y que pintamos nosotros con nuestras motos que están en ese limbo entre viejas y casi clásicas?

- Que no – contestó Javi con ese tono que conozco perfectamente y que usa cuando algo le entusiasma – Que me ha dicho que vayamos que cuenta con nosotros .

- ¿Y Tito? – pregunté –

- ¿Tito? – respondió - ¿Dónde iba a estar Tito más que allí? –

El caso es que anduve dándole vueltas a ver como me organizaba para ir, porque claro, hay familia, trabajo el sábado, compromisos sociales, en fin, un montón de cosas.

- Bueno – dije al rato – pues déjame a ver como puedo organizarme –

          - Javi también hizo un silencio corto antes de contestar.

- Vamos – dijo – que en principio si, tu frase preferida. Te conozco así que organízate rápido que ya se yo que luego en el último momento me la lías.

- Míralo que gracioso el tío – le contesté yo – Y nunca mejor dicho lo del tío –

- No, de gracioso nada, que nos conocemos bacalao. Lo que voy a hacer es llamar a tú mujer y hablar con la mía que será la única forma de sacar esto –

- Vale majete – respondí con sonsonete

Pues dicho y hecho. Llamó a una, a otra y ya está organizado. Allá que nos fuimos con nuestras K1 y KZ el domingo. Bueno, el domingo los dos, porque el ya se fue a comer el sábado a Endrinal. Yo imposible.

El caso es que el domingo nos deparó uno de esos días para montar en moto que parece que están contratados. Sol entre nubes esporádicas, temperatura sin calor, La Alberca engalanada por la fiesta del Corpus, motos relucientes y gente con ganas de salir a rodar.

Alfonso había organizado una ruta muy bien planteada; La Alberca, Sequeros, Puente del Alagón, San Miguel de Valero. Pinchito en las Quilamas y vuelta a La Alberca por Sotoserrano para comer en La Abadía de los Templarios con sobremesa en la terraza que se estaba de lujo.

La experiencia de rodar por esas maravillosas carreteras de nuestra sierra, rodeado de monturas como la R69, la R27, la Nimbus, Ducati, R90, R75, Sanglas (a la que hubo que tensar el embrague con el consiguiente recochineo de todos), la venerable Impala, es algo difícilmente explicable. El olor a gasolina que te rodea, los petardéos de las retenciones, el sonido maravilloso y acompasado de las aceleraciones, ver como tumban más de lo que parece con ruedas que hoy calificamos casi de bici, es una experiencia inolvidable.

Yo no había estado en una reunión de clásicas nunca y la verdad, no sabía muy bien que esperar porque siempre había pensado que era un coto como muy reducido donde cosas como mi K1 eran, no despreciadas pero si quizás apartadas. Nada más lejos de la realidad. Me he encontrado con gente amable, amante de sus motos como ninguna moto moderna puede lograr, gente atenta, simpática, acogedora que valora como nadie los esfuerzos por mantener monturas en estado óptimo. Gente que sabe rodar y que a lomos de una SR 500, de una R69 o incluso de una Nimbus mantienen ritmos fantásticos.

La acogida de todos a dos “elementos” como nosotros ha sido maravillosa. Gracias Alfonso y a Verónica, Gracias a Tito y gracias a todos. Contad con nosotros para todo.

No puedo despedirme sin dejar de decir una cosa, que sé que dolerá, que molestará, que levantará ampollas y sarpullidos, pero si somos amigos somos amigos. Es un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo;

                ¡!!!TITO, cambia ese casco que pareces un Chupa Chups de manzana ácida!!!!!!