Hoy quiero hacer
una reflexión que casi con toda seguridad traerá cola y
comentarios, pero que creo que debo hacer y es sobre la
última carrera de MotoGP de Japón.
Que Lorenzo es un
pilotazo creo que está fuera de toda duda y pensar lo
contrario carece de sentido. Su trayectoria le avala y ver
la finura con la que pilota es difícil verlo en otros
pilotos. Es muy raro verle cometer fallos y calca los
tiempos por vuelta como nadie. Cuando ves en cámara lenta su
paso por curva te quedas admirado de la limpieza de sus
trayectorias y como siempre va por el sitio que hay que ir.
Dicho esto y para
que no queden dudas al respecto no puedo evitar pensar que
su actitud en el último Gran Premio ha sido un fraude. Un
fraude para todos aquellos que han pagado una entrada por
ver una carrera y ver un espectáculo, porque esto de las
motos al final es un espectáculo. No puedo entender esa
manera de dejarse adelantar y la manera en que dejó marchar
a Pedrosa sin ni siquiera disimular una lucha aunque sea
falsa. Jugarse un mundial no es excusa para ello. Podría
entender que en una pelea tus neumáticos, por ejemplo, no te
dejen ir como quieres y antes de arriesgar una caída cortes
el gas, pero lo visto en Japón no es eso. Ha sido otra cosa.
Un piloto es un
piloto y si no tiene hambre de victoria, de pelea, pasa a
ser otra cosa, un mero especulador. El aficionado paga una
entrada porque espera ver un espectáculo y en caso contrario
mejor quedarse en casa y verlo por la tele. Un patrocinador
paga porque su publicidad se vea en televisión y si yo fuese
su patrocinador estaría realmente enfadado si tuviese
intereses en Japón como los tiene ENEOS, porque el otro día
sólo se vio por televisión Repsol y a ratos San Carlo y
Monster (grande Bautista).
El caso contrario
es el de Márquez, que después de la metedura de pata de la
salida podría haber intentado simplemente sumar el máximo de
puntos posibles pero no, como piloto tiene que ganar porque
es la esencia de las carreras y el espectáculo que dio si
merece el precio de una entrada. Espargaró se veía negro
para seguirle pero no se dejó pasar y especuló, se fue a su
rueda y asumiendo riesgos también ahí estuvo, peleando.
Hoy mismo dice en
una entrevista de Marca que teniendo ya un mundial se puede
ir de otra manera porque no es lo mismo, ¿entonces?
Para mí, una
tremenda decepción de Lorenzo, no por su aptitud, sino por
su actitud.
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