¡ MANIFESTACIÓN 13N !

           

            Ya estamos prácticamente en Navidad. Asusta pensar que hace nada estaba planificando las vacaciones de verano e incluso las de Semana Santa. El tiempo vuela y nos pilla siempre y además a contrapelo. Es una cosa increíble que como digo, es mejor no pensar.

            El caso es que ese tiempo vuela porque estamos inmersos en una vorágine cotidiana que no nos deja pensar ni ver con claridad lo que ocurre a nuestro alrededor. El trabajo, la familia, las responsabilidades, todo en general, nos lleva a estar sometidos a una velocidad constante que provoca que apenas tengamos tiempo libre. A eso hay que sumar la tan traída y llevada crisis que acentúa aún más todo lo anterior y lo hace, si cabe aún más vertiginoso.

            Al mismo tiempo que ocurre eso, nos encontramos con una situación política cada día más distante del ciudadano, donde lo único que importa es ganar votos, sin importar el como. Esos políticos, conscientes de que todo lo que he descrito en el apartado anterior no deja mucho tiempo para pensar, intentan con argumentos simplistas y demagógicos ganar los votos que sean. A esos políticos les importa un bledo la situación  de los ciudadanos, si tienen trabajo o dejan de tenerlo, si el banco les ha quitado su casa porque no pueden pagarla y aún quitándosela no pagan lo que deben, si la subida del IVA es buena o es mala, si las carreteras están bien o mal, si tiene agujeros o no, etc., etc. Así podríamos estar mucho tiempo y no terminaríamos.

            ¿Y por qué toda esta retahíla? ¿Qué tienen que ver unas cosas con otras? Pues voy a hilarlas. Yo tengo familia. Dos enanos que además están en una edad complicada, llena de deberes, exámenes, actividades extraescolares y en un momento en el que su educación es fundamental, lo que se transforma en una gran necesidad de atención y dedicación. Mi empresa, como casi todas, está travesando esa larga travesía por el desierto que es la crisis, afrontando diariamente multitud de problemas que hace que mi mente esté casi 24 sobre 24 horas centrada porque de mis decisiones, aciertos y/o errores depende, no sólo mi sustento sino el de muchas familias que me miran todos los días esperando que les lleve a buen puerto. Estoy asqueado de la política. Nadie se pone de acuerdo con nadie para remar en el mismo sentido y sólo importa la basura que pueda echarle encima al de al lado para ganar un voto más. Además de todo eso, tengo mi vida social, que requiere también de mi atención. Tengo amigos, tengo aficiones que quiero practicar, y responsabilidades, a veces absurdas, que me auto impongo.

            Yo soy ese, como dice la canción. Ese y mis circunstancias. Y a pesar de todo, que me ocupa todo mi tiempo, creo que hay cosas en las que debo estar, porque tengo que estar. Porque hay cosas que dan valor a muchas otras y que hay que defender a capa y espada. Porque hay cosas que me afectan a mí y a muchos otros que merecen mi atención. Porque hay gente que a pesar de que el panorama descrito antes no sea alentador, hubiera tenido que seguir viviendo. Porque hay personas que no merecen morir por practicar su afición. Porque sólo tenemos una vida y no podemos permitir que esa corta vida sea segada por la negligencia y pasotismo de un político. Porque vivo de la manera que vivo para pagar mis impuestos y sentirme protegido no amenazado.

            Somos muchos socios en el moto club Ruedas Charras. No sé ahora mismo si 160, 170 o 180 y me importa tres huevos la cifra. Me importa que el sábado día 13 fuéramos 8 socios a Madrid. Yo tengo crisis, familia, cansancio, asqueo, me resfrío, me mojo y estoy cansado. Pero yo tengo crisis, familia, cansancio, asqueo, resfriado y puedo mojarme porque estoy VIVO. Otros no pueden estarlo.

            Estoy harto de decir que el salmantino es pasota y no participa en nada; estoy harto de que cuando hay que estar no se está. Claro que habrá gente que tenga poderosas razones para no poder ir. ¿Pero los 170? No se lo cree nadie. Que las excusas son fáciles de construir, de inventar y hasta de creérselas uno mismo. No es mi ideal de vida un viaje a Madrid en moto, amenazando lluvia, con frío, con niebla como tuvimos y aburrida autovía nocturna. Mal comiendo, sin sentarse en ningún sitio. Mi ideal de viaje en moto. Pero es que hay gente que no pudo ir porque no VIVE.

            Desde aquí, y de corazón, mi más grande decepción por los socios de este moto club. Los demás ellos sabrán, yo hablo de mi moto club. Mi decepción por aquellos a los que seguro veré en la Ruta de Invierno, o en la cena de Navidad. A los que veré en eventos a los que ellos si pueden ir. Otros no. Al final, los políticos que tenemos que no quieren protegernos, que nos amenazan, que nos persiguen como vulgares delincuentes, no tienen más remedio que esbozar un sonrisa burlona y decir, alto y claro “TENEIS LOS POLÍTICOS QUE OS MERECÉIS"