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Moteros sin Prisa 03/04/2015  MOTORZALE BAT DIARIO  (Diario de un motero)   

Tras un invierno duro y una cuaresma sacrificada, llegó por fin la Semana Santa y Moteros Sin Prisa se echan de nuevo a la carretera. Los Meseperos cabalgan de nuevo con más ganas que nunca, en busca de nuevas emociones, nuevos horizontes, disfrutando de buenas viandas, caldos y compañía.

Osteguna (jueves)


La partida fue a la hora prevista con Jesús y Luis como testigos. Día típico de comienzo de primavera: frío amanecer y calor al mediodía, con un campo reventón de olores y colores, y el cielo más claro que la sopa de un asilo. La ruta transcurrió sin incidentes con sus repostajes, cafés y paradas reglamentarias entre autovías y carreteras convencionales,  más o menos al cincuenta por ciento. La comida tuvo lugar en tierras riojanas, concretamente en Venta Goyo, lugar que algunos ya conocíamos y del que salimos más que satisfechos al saciar el apetito con cordero, especialidad de la casa, para la mayoría y rabo de toro. El siguiente alto ya fue en tierras navarras, Estella; estiramos un poco las piernas, paseo por el centro y un café. Ya que desde que comimos entre el calor y el tío del mazo atizando en la nuca, manteníamos a duras penas los ojos abiertos. Sobre las 20 horas llegamos a Pamplona, más concretamente a Burlada, donde en el Apartahotel San Fermín teníamos el nido. El día dio poco más de sí: ducha, cena en un apartamento y tertulia comentando lo mejor del día. Sobre media noche y sin hacer ruido todo el mundo a planchar la oreja.

Ostirala (viernes)


Lo mismo que Floren hizo de Pájaro Guía en la ida y en la vuelta, el viernes estaba reservado para J. Ángel que tenía plan y ruta preparados. La idea era conocer algo de Pirineos entrando por Roncesvalles y llegar a Francia, comer en el país vecino y regresar por el puerto de Larrau. Hasta aquí todo bien, pero resulta que este puerto estaba cerrado por nieve. Nos había fallado el plan A, pasando de inmediato al plan B, que es el de siempre, improvisar sobre la marcha, que se nos da de cine. El paisaje, las carreteras, los pueblos y la ruta en general de diez. Fueron unos 220 km con unas 2.200 curvas más o menos, en un marco incomparable. Sobre las 21 horas llegamos a Pamplona, donde nos esperaba Álvaro, hermano mayor de Gonzalo –que ejerció como tal- callando hasta al propio Gonzalo. Cenó con nosotros en una sidrería recomendada por Jesús, que no defraudó a nadie, rematando la velada hasta bien entrada la noche bailando en un bar.

Larunbata (sábado)


Empezó el día en cuanto a lo meteorológico según lo previsto, bajada de temperaturas y un cielo amenazante y arrugado con ganas de mojarnos. Y vive Dios que hasta que no lo consiguió no paró. Terminado el desayuno nos pusimos en marcha con Floren de mandariche dirección Tolosa a ver guipuchis. De ahí ya con los chubasqueros puestos pusimos rumbo a Estella con la intención de comer por el camino. Esta vez queríamos volver pronto a casa, para poder ver y saborear un poco más Pamplona. En la capital no dejamos nada de ver: Estafeta, Mercaderes, Cuesta de Santo Domingo, etc. Lugares tan famosos, rancios y entrañables que daba la sensación de que en cualquier momento empezaría el encierro. Hubo otra cosa que también nos gustó mucho, es una serie de estatuas a tamaño real en bronce representando un encierro –seis toros, cabestros y mozos- a la carrera, en un perfecto equilibrio lleno de realismo y detalles.

Igandea (domingo)
El día de la vuelta nos coincide con el  Aberri Eguna, pero con los cuerpos tullidos que tenemos, no queremos más fiestas, la moral está alta pero las fuerzas escasas.

 Alrededor de las 11 salimos de Pamplona, llegando a Salamanca pasadas las 22 horas. Total once horas de nada. Hasta Logroño y de Valladolid a casa nos movimos por autovía, el resto auténtica ruta mesepera: Nájera, Santo Domingo de la Calzada, Ezcaray, Valgañon, Pradoluengo, Pineda de la Sierra, Salas de los Infantes, Santo Domingo de Silos, Desfiladero de La Yecla, Aranda de Duero y Peñafiel. En total fueron 1.500 km mal contados, eso sí, disfrutados como nunca por los abuelos Charligorri, los Gonzalopetegui, los Ninietxarri, los Pelaeztaxteta y los Bellidozoquieta.

Hasta pronto. Adiós. Fernando.
Hurrengo arte! Agur! Fegnandó.

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fuente: www.moterosinprisa.com y http://josecarlosiglesias.blogspot.com.es/

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