A las 4 de la tarde de este sábado soleado, pero muy frío, salimos 3 moteros que hoy hemos guardado los trajes de romano y confortablemente viajamos en coche para acudir a la llamada de la AMZ. Algunos dirán que así no vale, que un motero de verdad tiene que ir con su moto a pesar de las inclemencias del tiempo, pero lo cierto es que el espíritu motero no se pierde sino que se aclimata a las circunstancias, y cierto es que a ciertas edades es preferible disfrutar de un día de motos aunque sea caminando.

En un pis pas llegamos a Zamora por la autovía, dejamos el coche en el arrabal en la margen izquierda del Duero para caminar por el puente de Piedra del siglo XIII, entre los puentes de Hierro y de Requejo, para adentrarnos en el casco antiguo de la ciudad. Por calles empinadas que quitan la respiración llegamos a la Plaza Mayor, punto de encuentro de la concentración de la Asociación Motociclista Zamorana.

Van llegando motos y más motos hasta completar el aforo. Se ven Vespas, Bultacos, Ducatis, custom, trail, y muchas más. Vemos a Miguel, el torpedo zamorano, a Angela, a Tito, y muchas caras desconocidas, pero con pintas de moteros. Sobre las 17:30 se inicia el paseo urbano en moto para llegar a la Plaza de Viriato, donde se toman unas birras y se visita el museo etnográfico que acoge la exposición “Toda una vida en moto” de motos con sidecar. En el museo nos reciben Javier Vicente y dos sorprendentes doncellas, que nos muestran motos muy antiguas con sus artilugios, chasis y mil detalles.

Los moteros sin moto nos lanzamos al paseo peatonal por el casco viejo: rúa de los Francos, de los Notarios, … iglesias por todos los rincones hasta llegar a la catedral y al castillo. Un paseo muy gratificante que se va acabando a medida que cae el sol. Bajamos hacia la avenida de Vigo, paralela al río, descubriendo unas vistas magníficas del Duero que, como un espejo, se reflejan las luces, la muralla, unas 9 iglesias, unos patos volando a ras del agua, unas sombras en la orilla, una garza camuflada, …

Serían las 7 de la tarde y después del relajante paseo cogemos el coche para volver a Salamanca, pero un ligero dolor de testa de Fredy impone una parada en Morales para tomar unas cañas y un bocata de morcilla en La Cervecería, bueno, cayeron dos. Y solucionado el asunto, vuelta por la autovía para llegar a casita sobre las 20:30.

Es imprescindible ir al blog de José Carlos para ver las imágenes de motos, caras y bichos que se pasearon por Zamora. http://josecarlosiglesias.blogspot.com.es/
Y esto ha sido todo.

Luis de Congorra